Había una vez dos hermanitos, un niño y una niña, que se querían mucho. Era lo único que los separaba de la miseria total. Mientras llevaba la gran jarra de leche sobre su cabeza, comenzó a soñar con todas las cosas que podía hacer después de vender la leche. Una lechera se dirigía al mercado para vender un poco de leche de su vaca. ¡Oh loca fantasía! Aprende la letra de esta canción y de paso, invita a tu hijo a ver el precioso vídeo de la canción, de la mano de nuestra mascota el oso Traposo. Era una muchacha de cuerpo espigado y sostenía encima de su airosa cabeza en equilibrio y sin dificultad alguna, con la sola ayuda de una de sus manos, un cántaro lleno hasta el tope de tibia leche recién ordeñada. Una flacuchenta vaca que con la escasa leche que producía, proveía a aquella familia con el poco alimento de algún valor nutricional. Porque no apeteca ms compaa que su pensamiento, que alegre le ofreca inocentes ideas de contento. SP 330 16 febrero 2013 Comentario del Cuento de la lechera, por Flix Mara de Samaniego Llevaba en la cabeza una lechera el cntaro al mercado con aquella presteza, aquel aire sencillo, aquel agrado, que va diciendo a todo el que lo advierte Yo s que estoy contenta con mi suerte! Traducción del Cuento de la Lechera. Cuentos de 'vacas' El corderito y el pececito. ¡Pobre Lechera! Los niños deben aprender a esperar conseguir aquello que deseen a … compraré de contado una robusta vaca y un ternero, que salte y corra toda la campaña, hasta el monte cercano a la cabaña.» Con este pensamiento enajenada, brinca de manera que a su salto violento el cántaro cayó. Adiós leche, dinero, huevos, pollos, lechón, vaca y ternero. Esta sencilla historia nos cuenta con pocas palabras que aunque está bien soñar y pensar en tener cosas que no tenemos, pero si deseamos demasiadas - como le ocurre a la lechera- podemos quedarnos sin nada. Una vaca. ¡Qué compasión! Ashley Hibbard. El cuento de ‘La lechera’ es en realidad una fábula sobre la prudencia para los niños. Escrita por el fabulista español Félix María de Samaniego (1745-1801), advierte a los niños (y a los mayores) sobre el peligro de ser demasiado fantasioso. La vaca lechera es una canción tradicional infantil que han cantado los niños desde hace generaciones. Pero más importante aún, esta vaca era la única posesión material de algún valor con que contaba aquella familia. Vestida con un sencillo y gracioso vestido de color azul cielo, salió aquella mañana la lechera de su granja.
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